El mal de
ojo es producto de una fuerte energía negativa que es enviada a la
víctima por parte de otra persona que desea hacerle daño. Este tipo de energía
suele ser producto de la envidia, los celos y el odio, causando un enorme
malestar en la persona que lo recibe. En la tradición judía y también en la
católica, existe la costumbre de atar un hilo
rojo en la muñeca de los niños pequeños para
evitarles el mal de ojo, pero ¿cómo saber si un ser querido es víctima de esta
condición?
El mal de
ojo se sustenta fundamentalmente en la idea de que todos somos
energía, y de que las energías positivas pueden causar mucho bienestar, pero
las negativas mucho daño. Cuando una persona se concentra lo suficiente en
hacer daño a alguien, cuando su energía está enfocada en el mal de esa persona,
es muy posible que el otro lo reciba y que, en el caso de que no tenga una fuerza
tan poderosa para repeler esas vibras, se vea afectado por ella.
Los bebés
y niños pequeños suelen ser las personas más vulnerables ante
el mal de ojo. Quienes
trabajan con este tipo de energías indican que los síntomas más comunes de un
posible mal de ojo en los pequeños son:
·
Pérdida del apetito
·
Vómito continúo y frecuente
·
Diarrea
·
Llanto descontrolado sin causa aparente
·
Sueño alterado
·
Alergias y brotes en la piel
En las personas
adultas, el mal de ojo suele tener un efecto más poderoso a nivel
psicológico que físico.
·
Insomnio
·
Pesadillas y sueños negativos
repetitivos.
·
Sobresaltos durante el sueño (se
despiertan con sensación de azoramiento, aturdimiento y/o agobio).
·
Pesadez y opresión en el pecho, ya sea
dormido o despierto.
·
Presión en la garganta por un sueño
ocurrido en las últimas horas de la noche. Siempre en este caso el despertar es
sobresaltado.
·
Tensión nerviosa. Estado de nerviosismo
y ansiedad generalizada; aunque hay que tener en cuenta que debe concurrir
algún otro síntoma.
·
Falta de energía. La persona se
encuentra en un estado de energía bajísimo, habitualmente cansado y
agotado.
·
Depresión.
·
Mareos y vahídos.
·
Mente confusa. Muestras de no comprender
cosas simples, olvidos, sensación de embotamiento. Pérdida de memoria.
·
Náuseas, vómitos y falta de apetito.
·
Inapetencia sexual.
Otros síntomas en muchas ocasiones son
el experimentar tristeza, llanto, dolores de cabeza, estómago y espalda sobre
todo. Tensión nerviosa y falta de concentración son características muy
sintomáticas. A esto se añade que los médicos no encuentran en muchas ocasiones
motivo justificado para estos estados; y evidentemente, a partir de ahí, ya
tenemos el caldo de cultivo para que se sumen los problema de relación de
pareja, con secuelas tales como la impotencia o inapetencia sexual. Los mareos,
la pérdida de memoria, la desgana o el desinterés por la vida aparecen en
escena, y como consecuencia llegan problemas laborales y económicos, bien
sazonados todo ello con disputas familiares. El resultado es una crisis
personal, en la que lo más difícil es detectar la causa. En una palabra, la
persona ha perdido su vibración energética habitual y todo se viene en su
contra.
El hecho de que todos tengamos uno o dos
de estos síntomas no significa que estemos afectados por el mal de ojo; deben
coincidir varias de todas estas características citadas; y así y todo, debemos
cerciorarnos efectivamente y no quedarnos con ninguna duda de que el aojamiento
se ha producido.
Es
muy importante aclarar que los síntomas del mal de ojo son bastante
genéricos, por lo que primero se debe descartar cualquier tipo de enfermedad o
condición física antes de pensar que se trata de una energía negativa que pesa
sobre nosotros.
Otro
aspecto muy importante es trabajar de forma constante para fortalecer
nuestro espíritu y energía, consiguiendo de este modo evitar que las
energías negativas de otras personas nos afecten.
En
este aspecto es muy importante estar en contacto con nosotros mismos, con la
espiritualidad y sentirnos a gusto con nuestras acciones y vida. La felicidad y las buenas
energías son capaces de combatir cualquier tipo de mal ojo.
Además,
puedes llevar a cabo prácticas para aumentar tu energía positiva y
enfrentarte en plena forma a tu día a día. El reiki, el yoga o la meditación son excelentes
alternativas que puedes contemplar. Del mismo modo, se recomienda trabajar el pensamiento positivo para beneficiar
nuestra salud y hacer más llevadero el día a día.
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¿Cómo
puedo saber si tengo Mal de Ojo?
1. Quemar sal gruesa (sal de mar)
Se debe preparar una pequeña
cazuelita de barro o de metal, en la cual se echará alcohol y se le prenderá
fuego. Según va ardiendo el alcohol, la persona que supuestamente tiene mal de
ojo tomará puñaditos de sal gruesa (idealmente sal marina) y, pasándola por sus
manos, la irá echando al fuego. Si el crepitar de la sal gruesa al irse
quemando es realmente muy fuerte, esto indica que la persona tiene mal de ojo.
2. La sal que trepa
Se toma un plato, a poder ser de
cobre, en el cual se echarán vinagre y unos puñados de sal gruesa. Dicho plato
se pondrá debajo de la cama de la persona de la cual queremos saber si
tiene mal de ojo. Transcurridos tres días, si la sal ha trepado por los bordes
del plato, llegando a veces incluso a desbordarlo, esto significa que la
persona tiene mal de ojo. Éste es el método o técnica que nosotros más
recomendamos.
3. Agua y aceite
Será necesario tener a mano un
vaso con agua limpia y un recipiente con aceite de oliva. Se utilizará un
cabello como testigo, que se colocará sobre la superficie del agua; o
bien se escribirá el nombre completo de la persona en un papel y sobre el mismo
se colocará el vaso con el agua. A continuación se vierten tres gotas de
aceite en el vaso de agua, rezando tres padrenuestros, uno por cada gota. Hecho
lo anterior hay tres posibilidades de resultado: a) que el aceite se hunda, lo
cual implica la existencia real y absoluta del mal de ojo; b) que el
aceite flote disperso, lo cual implica que hay una posibilidad de que exista
mal de ojo, pero no certeza total; y c) que el aceite flote agrupado, formando
una masa compacta, lo cual nos da a entender que no hay mal de ojo en absoluto.
Cuando se ha detectado un mal de
ojo, lo que la persona debe hacer es realizarse una buena limpieza, y a
continuación, poner en práctica los rituales y técnicas de protección
necesarias para no ser ojeada de nuevo y para que, si es víctima de tal acción,
no vuelva a causarle efecto alguno.
Protección contra el Mal de ojo
Al
menos llevar consigo un cuarzo blanco, o una turmalina negra, un ramita fresca
de romero, o menta. El "Ojo de Fátima" o Jamsa, se
utiliza desde hace miles de años, en los países de Oriente Medio, como
protección contra el mal de ojo.
El Maldeojo y la mala
suerte.
Mala
suerte no es sinónimo de mal de ojo, pero sí de estar propenso a sufrirlo dado
que estaremos muy negativos, y las personas que provocan el mal de ojo, nos
verán como cuerpos de emisiones negativas, y activamos indirectamente su
"fuerza" de vista negativa.
Algunas
personas sin saberlo son portadoras de "gafes", sin que ellos sean
conscientes de eso, los gafes no son sino acumulaciones de negatividad, por
diversas circunstancias y vivencias del pasado, ya sea este cercano o más
alejado, y es en la mirada, la observación y la primera impresión que tenemos
cuando vemos a una persona, que hacía tiempo que no nos cruzábamos con ella,
cuando se activa la llamarada invisible pero que afecta mucho negativamente del
MAL DE OJO, y el mal de ojo lo transmite la persona sin quererlo, sin preverlo
y sin saberlo.
Una
persona afectada por el mal de ojo, suele luego sentirse mal, sin saber el
motivo, de repente cambia de actitud, y ya no ve las cosas, las situaciones y a
otras personas de la misma manera, se vuelven introvertidas, hurañas, y se
ponen de mal humor, por la situación más ridícula que se le presente, les
suelen afectar más a los niños y las mujeres, que no salen mucho de casa, ya
que está comprobado que cuanta más relación con el entorno vecinal, familiar o
de amistades se tenga, menos afecta las "miradas" de las personas que
hace el mal de ojo.