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martes, 22 de agosto de 2017

Cuáles son los síntomas del mal de ojo




El mal de ojo es producto de una fuerte energía negativa que es enviada a la víctima por parte de otra persona que desea hacerle daño. Este tipo de energía suele ser producto de la envidia, los celos y el odio, causando un enorme malestar en la persona que lo recibe. En la tradición judía y también en la católica, existe la costumbre de atar un hilo rojo en la muñeca de los niños pequeños para evitarles el mal de ojo, pero ¿cómo saber si un ser querido es víctima de esta condición?

El mal de ojo se sustenta fundamentalmente en la idea de que todos somos energía, y de que las energías positivas pueden causar mucho bienestar, pero las negativas mucho daño. Cuando una persona se concentra lo suficiente en hacer daño a alguien, cuando su energía está enfocada en el mal de esa persona, es muy posible que el otro lo reciba y que, en el caso de que no tenga una fuerza tan poderosa para repeler esas vibras, se vea afectado por ella.

Los bebés y niños pequeños suelen ser las personas más vulnerables ante el mal de ojo. Quienes trabajan con este tipo de energías indican que los síntomas más comunes de un posible mal de ojo en los pequeños son:

·         Pérdida del apetito
·         Vómito continúo y frecuente
·         Diarrea
·         Llanto descontrolado sin causa aparente
·         Sueño alterado
·         Alergias y brotes en la piel

En las personas adultas, el mal de ojo suele tener un efecto más poderoso a nivel psicológico que físico.

·         Insomnio
·         Pesadillas y sueños negativos repetitivos.
·         Sobresaltos durante el sueño (se despiertan con sensación de azoramiento, aturdimiento y/o agobio).
·         Pesadez y opresión en el pecho, ya sea dormido o despierto.
·         Presión en la garganta por un sueño ocurrido en las últimas horas de la noche. Siempre en este caso el despertar es sobresaltado.
·         Tensión nerviosa. Estado de nerviosismo y ansiedad generalizada; aunque hay que tener en cuenta que debe concurrir algún otro síntoma.
·         Falta de energía. La persona se encuentra en un estado de energía bajísimo,  habitualmente cansado y agotado.
·         Depresión.
·         Mareos y vahídos.
·         Mente confusa. Muestras de no comprender cosas simples, olvidos, sensación de embotamiento. Pérdida de memoria.
·         Náuseas, vómitos y falta de apetito.
·         Inapetencia sexual.

Otros síntomas en muchas ocasiones son el experimentar tristeza, llanto, dolores de cabeza, estómago y espalda sobre todo. Tensión nerviosa y falta de concentración son características muy sintomáticas. A esto se añade que los médicos no encuentran en muchas ocasiones motivo justificado para estos estados; y evidentemente, a partir de ahí, ya tenemos el caldo de cultivo para que se sumen los problema de relación de pareja, con secuelas tales como la impotencia o inapetencia sexual. Los mareos, la pérdida de memoria, la desgana o el desinterés por la vida aparecen en escena, y como consecuencia llegan problemas laborales y económicos, bien sazonados todo ello con disputas familiares. El resultado es una crisis personal, en la que lo más difícil es detectar la causa. En una palabra, la persona ha perdido su vibración energética habitual y todo se viene en su contra.
El hecho de que todos tengamos uno o dos de estos síntomas no significa que estemos afectados por el mal de ojo; deben coincidir varias de todas estas características citadas; y así y todo, debemos cerciorarnos efectivamente y no quedarnos con ninguna duda de que el aojamiento se ha producido.

Es muy importante aclarar que los síntomas del mal de ojo son bastante genéricos, por lo que primero se debe descartar cualquier tipo de enfermedad o condición física antes de pensar que se trata de una energía negativa que pesa sobre nosotros.

Otro aspecto muy importante es trabajar de forma constante para fortalecer nuestro espíritu y energía, consiguiendo de este modo evitar que las energías negativas de otras personas nos afecten.
En este aspecto es muy importante estar en contacto con nosotros mismos, con la espiritualidad y sentirnos a gusto con nuestras acciones y vida. La felicidad y las buenas energías son capaces de combatir cualquier tipo de mal ojo.

Además, puedes llevar a cabo prácticas para aumentar tu energía positiva y enfrentarte en plena forma a tu día a día. El reikiel yoga o la meditación son excelentes alternativas que puedes contemplar. Del mismo modo, se recomienda trabajar el pensamiento positivo para beneficiar nuestra salud y hacer más llevadero el día a día.
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¿Cómo puedo saber si tengo Mal de Ojo?
1. Quemar sal gruesa (sal de mar)
Se debe preparar una pequeña cazuelita de barro o de metal, en la cual se echará alcohol y se le prenderá fuego. Según va ardiendo el alcohol, la persona que supuestamente tiene mal de ojo tomará puñaditos de sal gruesa (idealmente sal marina) y, pasándola por sus manos, la irá echando al fuego. Si el crepitar de la sal gruesa al irse quemando es realmente muy fuerte, esto indica que la persona tiene mal de ojo.
2. La sal que trepa
Se toma un plato, a poder ser de cobre, en el cual se echarán vinagre y unos puñados de sal gruesa. Dicho plato se pondrá debajo de la cama de la persona de la cual queremos saber si tiene mal de ojo. Transcurridos tres días, si la sal ha trepado por los bordes del plato, llegando a veces incluso a desbordarlo, esto significa que la persona tiene mal de ojo. Éste es el método o técnica que nosotros más recomendamos.
3. Agua y aceite
Será necesario tener a mano un vaso con agua limpia y un recipiente con aceite de oliva. Se utilizará un cabello como testigo, que se  colocará sobre la superficie del agua; o bien se escribirá el nombre completo de la persona en un papel y sobre el mismo se colocará el vaso con el agua. A continuación se vierten tres  gotas de aceite en el vaso de agua, rezando tres padrenuestros, uno por cada gota. Hecho lo anterior hay tres posibilidades de resultado: a) que el aceite se hunda, lo cual implica la existencia real y absoluta del mal de ojo;  b) que el aceite flote disperso, lo cual implica que hay una posibilidad de que exista mal de ojo, pero no certeza total; y c) que el aceite flote agrupado, formando una masa compacta, lo cual nos da a entender que no hay mal de ojo en absoluto.
Cuando se ha detectado un mal de ojo, lo que la persona debe hacer es realizarse una buena limpieza, y a continuación, poner en práctica los rituales y técnicas de protección necesarias para no ser ojeada de nuevo y para que, si es víctima de tal acción, no vuelva a causarle efecto alguno.

Protección contra el Mal de ojo

Al menos llevar consigo un cuarzo blanco, o una turmalina negra, un ramita fresca de romero, o menta. El "Ojo de Fátima" o Jamsa, se utiliza desde hace miles de años, en los países de Oriente Medio, como protección contra el mal de ojo.

 El Maldeojo y la mala suerte.

Mala suerte no es sinónimo de mal de ojo, pero sí de estar propenso a sufrirlo dado que estaremos muy negativos, y las personas que provocan el mal de ojo, nos verán como cuerpos de emisiones negativas, y activamos indirectamente su "fuerza" de vista negativa.
Algunas personas sin saberlo son portadoras de "gafes", sin que ellos sean conscientes de eso, los gafes no son sino acumulaciones de negatividad, por diversas circunstancias y vivencias del pasado, ya sea este cercano o más alejado, y es en la mirada, la observación y la primera impresión que tenemos cuando vemos a una persona, que hacía tiempo que no nos cruzábamos con ella, cuando se activa la llamarada invisible pero que afecta mucho negativamente del MAL DE OJO, y el mal de ojo lo transmite la persona sin quererlo, sin preverlo y sin saberlo.
Una persona afectada por el mal de ojo, suele luego sentirse mal, sin saber el motivo, de repente cambia de actitud, y ya no ve las cosas, las situaciones y a otras personas de la misma manera, se vuelven introvertidas, hurañas, y se ponen de mal humor, por la situación más ridícula que se le presente, les suelen afectar más a los niños y las mujeres, que no salen mucho de casa, ya que está comprobado que cuanta más relación con el entorno vecinal, familiar o de amistades se tenga, menos afecta las "miradas" de las personas que hace el mal de ojo.


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