"El día que asumo mi
responsabilidad ya no pido ni reprocho que no me hagan feliz porque, en
realidad, nadie, excepto yo misma, me puedo hacer feliz. Si tú crees en ti y
alguien no te valora, debes analizar la razón y, si al tercer intento
estratégico no consigues lo que quieres, pues lo mejor es dar carpetazo al
asunto. La mujer inmadura persiste en el intento.
Es lo malo del síndrome de la
mujer maltratada, que no asume que él es malo y no cambiará. Pero, lo peor de
lo peor es que no asuma que ella es la dueña de su
destino y que no tiene que quedarse ahí, con él. El que no te valora el primer
día no lo hará después de tres años. El hecho de que no te quieran o no te
valoren no significa que no valgas, simplemente significa que la otra persona
ejerce su pensamiento a su libre albedrío".
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