En lo alto de una colina del condado de
Louisville/Jefferson, en Kentucky, EUA, fue inaugurado en 1910 un hospital
para albergar a enfermos de tuberculosis. Se le llamó Waverly Hills, por el
nombre de la finca donde se le construyó, inspirada a su vez en Waverly, obra
del escritor inglés Walter Scott. Aunque se concibió para pacientes en la fase
temprana del padecimiento, posteriormente se abrió a casos avanzados, con lo
cual llegó a contar con 400 internos. El tratamiento consistía en medios
paliativos para los síntomas, que no tenían beneficio a largo plazo. La mayoría
de los pacientes moría y los cadáveres se retiraban por un túnel que atravesaba
la colina.
En la década de 1940 Albert Schatz, investigador del
laboratorio de Selman Abraham Waksman (Nobel de Medicina en 1952), Logró aislar
la estreptomicina, el primer antibiótico contra la tuberculosis. Con la
consiguiente disminución de los casos a nivel mundial, el Hospital Waverly Hills
cerró en 1961. Por dos décadas el inmueble fue acondicionado como centro
geriátrico, pero cerró en 1982 debido a las malas condiciones en que se tenía a
los pacientes. Se pensó en convertirlo en cárcel de baja seguridad y en
edificio de departamentos, también se planeó construir en su terreno una
estatua gigante de Cristo Redentor como la que hay en Río de Janeiro. Ninguna
de las ideas se concretó. En 2001 el matrimonio Mattingly lo adquirió para
promoverlo como destino “paranormal”.
En torno al sitio se ha tejido leyendas impulsadas por meros intereses comerciales, con el propósito de convertirlo en una “posada sobrenatural”. Se dice que la habitación 502 reaparece una mujer que se suicidó en ella e impulsó el suicidio posterior de una enfermera que esperaba un hijo ilegítimo. Las mujeres embarazadas aseguran padecer dolor de cabeza cuando se aproximan a ese cuarto, y ver extrañas figuras negras que atraviesan las paredes. Algunos visitantes sienten que los tocan manos invisibles, y otros dicen haber visto inquietantes espectros, en especial a un niño que juega y una anciana encadenada con las muñecas sangrantes. Como ocurre en otros lugares de su tipo, los supuestos fenómenos se han registrado en filmaciones de video, en algunas son perceptibles bolas incandescentes de luz, y en otras, la presencia fugaz de dos chiquillos.
En torno al sitio se ha tejido leyendas impulsadas por meros intereses comerciales, con el propósito de convertirlo en una “posada sobrenatural”. Se dice que la habitación 502 reaparece una mujer que se suicidó en ella e impulsó el suicidio posterior de una enfermera que esperaba un hijo ilegítimo. Las mujeres embarazadas aseguran padecer dolor de cabeza cuando se aproximan a ese cuarto, y ver extrañas figuras negras que atraviesan las paredes. Algunos visitantes sienten que los tocan manos invisibles, y otros dicen haber visto inquietantes espectros, en especial a un niño que juega y una anciana encadenada con las muñecas sangrantes. Como ocurre en otros lugares de su tipo, los supuestos fenómenos se han registrado en filmaciones de video, en algunas son perceptibles bolas incandescentes de luz, y en otras, la presencia fugaz de dos chiquillos.
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