Los de FUEGO
Aries, Leo y
Sagitario. Tienen afinidad entre ellos. Tal como lo es el fuego, estas
personalidades serán chispeantes, llamativas, “calientes” y “combustas” o
cambiantes. Entre ellos existe una natural afinidad de fuego, se entienden con
fluidez pues comparten ritmos similares. Son expresivos, espontáneos y
explícitos, necesitan calmar sus deseos de manera inmediata, accionan en la
vida de modo franco y directo. Se cansan y se aburren fácilmente, sobre todo,
cuando las situaciones llevan demasiado tiempo, requieren desarrollar mucha
paciencia o hay que superar demasiadas intrigas.
Tienen fluidez con los de aire: Géminis, Libra y Acuario.
Las personalidades de fuego se mueven con facilidad con los de aire pues
comparten estilos rápidos y tiempos vertiginosos, aunque a veces pueden exasperarlos
las excesivas preguntas o dudas de los “aéreos” ya que los de fuego
difícilmente se detienen a pensar tantas variantes. Si bien tantas dudas aéreas
los demoran, seguro se beneficiarán con sus inteligentes aportes.
Tienen confusión con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
La velocidad de los de fuego se siente “empantanada” ante la oceánica
sensibilidad de estos signos. El valor y la frontalidad de los fogosos resultan
incompatibles frente a los temores, desconfianzas y excesivos cuidados del agua.
Si logran tolerar esta hipersensibilidad, incorporaran una mirada más
compasiva, convirtiéndose juntos en apasionados accionadores solidarios.
Corazón e intuición, incitación y coraje es una excelente alquimia para vivir
motivado ante cada situación que se presente.
Tienen tensión con los de tierra: Tauro, Virgo y
Capricornio. La primera sensación será de freno y lentitud por su excesivo
realismo y permanentes cuestionamientos a su intrépido andar. Aunque frustran y
demoran la acción de los inquietos e impacientes fogosos, también los conectan
con el registro a tiempo de peligros o situaciones conflictivas que nunca
hubieran advertido por sí mismos. Para tolerar incluirlos amorosamente en su
vida, el fuego deberá desarrollar lo que más le cuesta “paciencia y austeridad”
a fin de registrar la realidad objetiva necesaria para convertirse en
personas más eficientes. Juntos
construyen proyectos creativos y
redituables.
Los de TIERRA
Tauro, Virgo, y
Capricornio. Tienen afinidad entre ellos. Tal como la tierra, estas
personalidades serán constantes, quietas, sólidas, seguras y estables. Entre
ellos existe una natural afinidad, son excelentes observadores, incorporan las
experiencias de vida de a poco, asimilan cada situación y cada vínculo
lentamente, serán cautos para añadir algo o alguien diferente en su entorno así
como tampoco serán de abandonar o darse por vencidos precipitadamente.
Comparten la necesidad de comprometerse y son coherentes entre lo que hacen y
dicen, tienen cadencias serenas y perciben la vida de maneras muy similares:
comparten la valoración de la percepción corporal.
Tienen fluidez con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
Se vinculan con facilidad con la receptiva sensibilidad de la gente de agua.
Comparten ritmos pausados pues ambos elementos necesitan tiempo para abrirse a
los otros y confiar. Sin embargo, los de tierra pueden chocar contra la
excesiva emocionalidad acuática ante temores infundados o afirmaciones
demasiado cargadas de subjetividad personal. Si logran tolerar postergar sus
urgentes necesidades de logros visibles y eficientes, en vínculo con los de
agua adquirirán mayor riqueza emocional
y compromiso humano. Esto los terminará conduciendo a lo que tanto valoran:
“mejores ganancias” en todos los aspectos de su vida.
Tienen Confusión con los de aire: Géminis, Libra y
Acuario. Aunque comparten una mirada
objetiva y realista de la vida, es posible que padezcan el eterno e incesante
movimiento de los de aire que los vivirán como excesivamente ágiles, livianos y
poco estables. Los de tierra verán poco comprometidos a los de aire cunado
ejercen su libertad e independencia. Los tildaran de mentirosos e
influenciables ante la facilidad para el cambio de ideas u opiniones. Si
toleran tantos cambios e imprevistos, al lado del aire las personalidades de
tierra adquieren cintura, capacidad de negociación, desapego y apertura mental.
Tienen tensión con los de fuego: con Aries, Leo y Sagitario.
Les inquieta el acelere de los de fuego y les irritan sus melodramáticas
personalidades. Sensatos y cautos, los tierra deben aprender a tolerar del
fuego características diametralmente opuestas a su naturaleza austera y
precavida. Si soportan este cambiante dinamismo, los de fuego encenderán sus
cautelosas vidas con situaciones creativas y llenas de alegrías. El gran
aprendizaje de incluirlos en su predecibilidad, los llenará de originalidad
para ir concretando sueños -que antes de encontrarse con el fuego- parecían
imposibles utopías o delirantes fantasías.
Los de AIRE
Géminis, Libra y
Acuario. Tienen afinidad entre ellos. Tal como el aire, serán
personalidades etéreas, livianas e inasibles. Entre ellos existe una natural
afinidad y se entienden con fluidez pues comparten la necesidad de vincularse y
de conocer personas diferentes. Son naturalmente inquietos, abiertos y
buscadores, difícilmente se queden con la primera respuesta que consigan. Les
molesta la rutina, tienden a cuestionar las imposiciones sociales o los
mandatos familiares. Les cuesta seguir reglas o
permanecer en lugares o situaciones por demasiado tiempo.
Tienen fluidez con los de fuego: con Aries, Leo y Sagitario.
Comparten la valoración de lo activo y
veloz. “El aire aviva al fuego”, juntos se agilizan y retroalimentan,
redundando en mayor creatividad y alegría. De estilos de vida afines, los de
aire deberán aprender a tolerar los exagerados fanatismos o insólitos desbordes
egóicos del fuego. Disimular exabruptos personales o subjetivos enojos fogosos
que para la objetiva mirada de aire resultan innecesarios, ridículos e infantiles.
La gente de aire logra superar la tendencia al aburrimiento fácil, pues con el
fuego ganan en divertimento y alegría. Las personalidades aéreas se descubren
en un mayor compromiso genuino y de corazón, el vínculo con los de fuego se les
hace liviano y tolerable, ya no necesitarán escabullirse y escapar del
contacto.
Tienen tensión con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
El aire y el agua son elementos diametralmente antagónicos, el aire rápido,
objetivo y racional en contraposición con el agua sensible, intuitiva y
subjetiva. Para el aire las emociones acuáticas son inentendibles y
excesivamente demandantes. El aire tendrá que hacer grandes esfuerzos para
sumergirse en el mundo de lo indescifrable y desde allí adquirir maestría en
decodificar gestos, miradas y expresiones. El aire necesita que le expliciten y
que le hablen, mientras que el agua necesita ser intuido sin necesidad de
palabras. Si el aire mantiene su claridad y objetividad se convertirá en un
hábil comunicador y adquiere maestría en la correcta utilización de palabras
para describir y entender cada sutil sentimiento.
Tienen confusión con los de tierra: Tauro, Virgo y
Capricornio. Aunque muy diferentes en tiempos pues el aire es híper rápido y la
tierra lenta y pausada, comparten un criterio objetivo y realista de la vida.
El aire se encontrará con la dificultad
de realizar actividades sin planificar ya que la tierra lo tildará de
arriesgado e insólito, viendo frustradas sus ideas creativas o futuristas ante
los precavidos comentarios de la tierra. Si aquietan sus aceleradas mentes irán
logrando junto a la tierra, madurar en sus ideas y sostener y comprometerse en
sus vínculos.
Los de AGUA
Cáncer, Escorpio y Piscis. Tienen afinidad entre ellos. Tal
como el agua, serán permeables, volubles, cambiantes tanto de estado como de
temperatura. Entre ellos se entienden con fluidez, tiene ritmos y tiempos
similares: comparten la sensibilidad, la empatía y la natural intuición.
Solidarios y sentimentales, rechazan los tiempos acelerados y frenéticos e
intentan preservarse en ámbitos familiares, artísticos o de autoconocimiento.
En su natural tendencia al cambio de estado y temperaturas saben intuirse y
tolerarse en sus ciclotimias emocionales sin juzgarse.
Tienen fluidez con los de tierra: Tauro, Virgo y
Capricornio. El agua y la tierra tienen estilos similares y afinidad. Comparten
una mirada receptiva y pausada sobre los acontecimientos, se mueven de forma
intuitiva y prefieren manejarse en terrenos conocidos antes que arriesgar o
exponerse excesivamente. La mayor dificultad para el agua será una tendencia de
la tierra a querer sacar beneficio personal o económico en cada situación. A su
lado aprenderán a ser más realistas, objetivos y eficientes. Se ejercitarán en
la generación de recursos y en la consolidación profesional, contando así con
más herramientas para ayudar a los que más quieren.
Tienen confusión con los de fuego: con Aries, Leo y
Sagitario. Aunque comparten un estilo pasional e histriónico, a los de agua
suele irritarles la mirada autocentrada de los melodramáticos fogosos. Si
superan sentirse heridos por el egóico estilo del fuego, a su lado ganan en
carisma y vitalidad, asegurándose no caer en su acuática tendencia a la
melancolía o la depresión. De exagerada y desbordante vitalidad, los de fuego
son el mejor antídoto contra los sinsabores o las faltas de estímulo que la
gente de agua suele tener que enfrentar en sus vidas.
Tienen tensión con los de aire: Géminis, Libra y Acuario.
Opuestos y antagónicos, el agua siente la objetiva y racional mirada del aire
como fría, distante y calculadora y vive como abandono las necesidades aéreas
de espacio y discriminación. Este encuentro puede resultar difícil para ambos
si no se dejan modificar por la opuesta mirada del otro. El agua debe superar su
exagerada subjetividad y su vulnerable emocionalidad para incorporar las
sugerencias del aire como acertadas observaciones que aportan objetividad. Con
el aire adquieren herramientas racionales para analizarse y entenderse mejor.
Maduran hacia una sensibilidad mas conectada con lo real y adquieren mayor
capacidad de contener pues logran poner palabras a lo que sucede. Sensibilidad
y entendimiento en máxima sintonía.
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