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domingo, 4 de junio de 2017

Los signos y el amor: conoce a "tu otro yo" del Zodiaco



Los de FUEGO
Aries, Leo y Sagitario. Tienen afinidad entre ellos. Tal como lo es el fuego, estas personalidades serán chispeantes, llamativas, “calientes” y “combustas” o cambiantes. Entre ellos existe una natural afinidad de fuego, se entienden con fluidez pues comparten ritmos similares. Son expresivos, espontáneos y explícitos, necesitan calmar sus deseos de manera inmediata, accionan en la vida de modo franco y directo. Se cansan y se aburren fácilmente, sobre todo, cuando las situaciones llevan demasiado tiempo, requieren desarrollar mucha paciencia o hay que superar demasiadas intrigas.
Tienen fluidez con los de aire: Géminis, Libra y Acuario. Las personalidades de fuego se mueven con facilidad con los de aire pues comparten estilos rápidos y tiempos vertiginosos, aunque a veces pueden exasperarlos las excesivas preguntas o dudas de los “aéreos” ya que los de fuego difícilmente se detienen a pensar tantas variantes. Si bien tantas dudas aéreas los demoran, seguro se beneficiarán con sus inteligentes aportes.
Tienen confusión con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. La velocidad de los de fuego se siente “empantanada” ante la oceánica sensibilidad de estos signos. El valor y la frontalidad de los fogosos resultan incompatibles frente a los temores, desconfianzas y excesivos cuidados del agua. Si logran tolerar esta hipersensibilidad, incorporaran una mirada más compasiva, convirtiéndose juntos en apasionados accionadores solidarios. Corazón e intuición, incitación y coraje es una excelente alquimia para vivir motivado ante cada situación que se presente.
Tienen tensión con los de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. La primera sensación será de freno y lentitud por su excesivo realismo y permanentes cuestionamientos a su intrépido andar. Aunque frustran y demoran la acción de los inquietos e impacientes fogosos, también los conectan con el registro a tiempo de peligros o situaciones conflictivas que nunca hubieran advertido por sí mismos. Para tolerar incluirlos amorosamente en su vida, el fuego deberá desarrollar lo que más le cuesta “paciencia y austeridad” a fin de registrar la realidad objetiva necesaria para convertirse en personas  más eficientes. Juntos construyen proyectos creativos y  redituables.
Los de TIERRA
Tauro, Virgo, y Capricornio. Tienen afinidad entre ellos. Tal como la tierra, estas personalidades serán constantes, quietas, sólidas, seguras y estables. Entre ellos existe una natural afinidad, son excelentes observadores, incorporan las experiencias de vida de a poco, asimilan cada situación y cada vínculo lentamente, serán cautos para añadir algo o alguien diferente en su entorno así como tampoco serán de abandonar o darse por vencidos precipitadamente. Comparten la necesidad de comprometerse y son coherentes entre lo que hacen y dicen, tienen cadencias serenas y perciben la vida de maneras muy similares: comparten la valoración de la percepción corporal.
Tienen fluidez con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. Se vinculan con facilidad con la receptiva sensibilidad de la gente de agua. Comparten ritmos pausados pues ambos elementos necesitan tiempo para abrirse a los otros y confiar. Sin embargo, los de tierra pueden chocar contra la excesiva emocionalidad acuática ante temores infundados o afirmaciones demasiado cargadas de subjetividad personal. Si logran tolerar postergar sus urgentes necesidades de logros visibles y eficientes, en vínculo con los de agua adquirirán mayor  riqueza emocional y compromiso humano. Esto los terminará conduciendo a lo que tanto valoran: “mejores ganancias” en todos los aspectos de su vida.
Tienen Confusión con los de aire: Géminis, Libra y Acuario.  Aunque comparten una mirada objetiva y realista de la vida, es posible que padezcan el eterno e incesante movimiento de los de aire que los vivirán como excesivamente ágiles, livianos y poco estables. Los de tierra verán poco comprometidos a los de aire cunado ejercen su libertad e independencia. Los tildaran de mentirosos e influenciables ante la facilidad para el cambio de ideas u opiniones. Si toleran tantos cambios e imprevistos, al lado del aire las personalidades de tierra adquieren cintura, capacidad de negociación, desapego y apertura mental.
Tienen tensión con los de fuego: con Aries, Leo y Sagitario. Les inquieta el acelere de los de fuego y les irritan sus melodramáticas personalidades. Sensatos y cautos, los tierra deben aprender a tolerar del fuego características diametralmente opuestas a su naturaleza austera y precavida. Si soportan este cambiante dinamismo, los de fuego encenderán sus cautelosas vidas con situaciones creativas y llenas de alegrías. El gran aprendizaje de incluirlos en su predecibilidad, los llenará de originalidad para ir concretando sueños -que antes de encontrarse con el fuego- parecían imposibles utopías o delirantes fantasías.
Los de AIRE
Géminis, Libra y Acuario. Tienen afinidad entre ellos. Tal como el aire, serán personalidades etéreas, livianas e inasibles. Entre ellos existe una natural afinidad y se entienden con fluidez pues comparten la necesidad de vincularse y de conocer personas diferentes. Son naturalmente inquietos, abiertos y buscadores, difícilmente se queden con la primera respuesta que consigan. Les molesta la rutina, tienden a cuestionar las imposiciones sociales o los mandatos familiares. Les cuesta seguir reglas o  permanecer en lugares o situaciones por demasiado tiempo.
Tienen fluidez con los de fuego: con Aries, Leo y Sagitario. Comparten  la valoración de lo activo y veloz. “El aire aviva al fuego”, juntos se agilizan y retroalimentan, redundando en mayor creatividad y alegría. De estilos de vida afines, los de aire deberán aprender a tolerar los exagerados fanatismos o insólitos desbordes egóicos del fuego. Disimular exabruptos personales o subjetivos enojos fogosos que para la objetiva mirada de aire resultan innecesarios, ridículos e infantiles. La gente de aire logra superar la tendencia al aburrimiento fácil, pues con el fuego ganan en divertimento y alegría. Las personalidades aéreas se descubren en un mayor compromiso genuino y de corazón, el vínculo con los de fuego se les hace liviano y tolerable, ya no necesitarán escabullirse y escapar del contacto.
Tienen tensión con los de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. El aire y el agua son elementos diametralmente antagónicos, el aire rápido, objetivo y racional en contraposición con el agua sensible, intuitiva y subjetiva. Para el aire las emociones acuáticas son inentendibles y excesivamente demandantes. El aire tendrá que hacer grandes esfuerzos para sumergirse en el mundo de lo indescifrable y desde allí adquirir maestría en decodificar gestos, miradas y expresiones. El aire necesita que le expliciten y que le hablen, mientras que el agua necesita ser intuido sin necesidad de palabras. Si el aire mantiene su claridad y objetividad se convertirá en un hábil comunicador y adquiere maestría en la correcta utilización de palabras para describir y entender cada sutil sentimiento.

Tienen confusión con los de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. Aunque muy diferentes en tiempos pues el aire es híper rápido y la tierra lenta y pausada, comparten un criterio objetivo y realista de la vida. El aire se encontrará con  la dificultad de realizar actividades sin planificar ya que la tierra lo tildará de arriesgado e insólito, viendo frustradas sus ideas creativas o futuristas ante los precavidos comentarios de la tierra. Si aquietan sus aceleradas mentes irán logrando junto a la tierra, madurar en sus ideas y sostener y comprometerse en sus vínculos.
Los de AGUA
Cáncer, Escorpio y Piscis. Tienen afinidad entre ellos. Tal como el agua, serán permeables, volubles, cambiantes tanto de estado como de temperatura. Entre ellos se entienden con fluidez, tiene ritmos y tiempos similares: comparten la sensibilidad, la empatía y la natural intuición. Solidarios y sentimentales, rechazan los tiempos acelerados y frenéticos e intentan preservarse en ámbitos familiares, artísticos o de autoconocimiento. En su natural tendencia al cambio de estado y temperaturas saben intuirse y tolerarse en sus ciclotimias emocionales sin juzgarse.
Tienen fluidez con los de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. El agua y la tierra tienen estilos similares y afinidad. Comparten una mirada receptiva y pausada sobre los acontecimientos, se mueven de forma intuitiva y prefieren manejarse en terrenos conocidos antes que arriesgar o exponerse excesivamente. La mayor dificultad para el agua será una tendencia de la tierra a querer sacar beneficio personal o económico en cada situación. A su lado aprenderán a ser más realistas, objetivos y eficientes. Se ejercitarán en la generación de recursos y en la consolidación profesional, contando así con más herramientas para ayudar a los que más quieren.
Tienen confusión con los de fuego: con Aries, Leo y Sagitario. Aunque comparten un estilo pasional e histriónico, a los de agua suele irritarles la mirada autocentrada de los melodramáticos fogosos. Si superan sentirse heridos por el egóico estilo del fuego, a su lado ganan en carisma y vitalidad, asegurándose no caer en su acuática tendencia a la melancolía o la depresión. De exagerada y desbordante vitalidad, los de fuego son el mejor antídoto contra los sinsabores o las faltas de estímulo que la gente de agua suele tener que enfrentar en sus vidas.

Tienen tensión con los de aire: Géminis, Libra y Acuario. Opuestos y antagónicos, el agua siente la objetiva y racional mirada del aire como fría, distante y calculadora y vive como abandono las necesidades aéreas de espacio y discriminación. Este encuentro puede resultar difícil para ambos si no se dejan modificar por la opuesta mirada del otro. El agua debe superar su exagerada subjetividad y su vulnerable emocionalidad para incorporar las sugerencias del aire como acertadas observaciones que aportan objetividad. Con el aire adquieren herramientas racionales para analizarse y entenderse mejor. Maduran hacia una sensibilidad mas conectada con lo real y adquieren mayor capacidad de contener pues logran poner palabras a lo que sucede. Sensibilidad y entendimiento en máxima sintonía.

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